top of page

En el año de 1995 recorría yo los ríos y manglares cercanos a las ciudades de San Lorenzo, Borbón y Limones en la exuberante zona fronteriza entre Ecuador y Colombia tomando apuntes para una historia que filmaría en esos parajes.

Las cosas se fueron enmadejando de manera tal, que algún tiempo después establecí relaciones de casi pertenencia con una familia afrodescendiente que residía en las afueras de San Lorenzo.

Me fui interiorizando así en sus gestos, rituales, música, danza y momentos cotidianos,que me abrieron el conocimiento al mundo íntimo de una cultura entonces distante paramí. Fui absorbiendo relatos, paisajes, olores y colores, y compartiendo los sueños y alegrías de la gente. Pude observar también el desgarramiento que significa el avance de la "civilización" con la irrupción de empresas que van desbastando no solo la tierra, sino el sueño del reencuentro con los antepasados.

​Allí nacieron los borradores del guión para LOS ÁNGELES NO TIENEN ALAS: historias contadas desde los ojos de Adelaida, una mujer que lucha por mantenerse unida a su tierra a través del espíritu de sus antepasados encarnados en los árboles, en el agua y en los animales. Pâe Gamboa, un cura que viene desde tierras y culturas lejanas, simboliza la irrupción del mundo blanco que se debate entre el proyecto histórico de la reconquista y el de la construcción de una sociedad justa y reparadora.

Consciente de mi condición de no-afro, me propuse construir una ficción que integrara el valor de mi mirada a una realidad que ancestralmente no era la mía, pero con la que me sentía profundamente vinculado.

En ese territorio de fronteras donde casi todo puede suceder, la historia de Adelaida y de Pâe Gamboa nos lleva a reconocer el valor de lo propio en el otro, y la importancia de encontrar coincidencias desde lo mas primario de la naturaleza humana como herramienta para la tolerancia y la convivencia dentro de la diversidad.   | Cine Ecuador | Películas Ecuador







bottom of page